Si hace un par de semanas os hablábamos de los cerramientos de cristal para ganar espacio visual y separar ambientes. Hoy os proponemos otro recurso, como alternativa a los tabiques de obra, para conseguir resultados similares.
Las puertas correderas nos ofrecen un universo de posibilidades.
Eliminan barreras arquitectónicas y proporcionan independencia, libertad y movilidad. Si son de gran formato pueden sustituir toda una pared, con la ventaja de abrirlas y cerrarlas dependiendo de nuestras necesidades en cada momento y pudiendo unir o separar los espacios según nos convenga.
Podemos elegir entre numerosos modelos y formatos. Según material podemos encontrarlas de cristal, metálicas, madera, o combinando varios materiales… Pueden tener guías vistas u ocultas… Con sistema que las oculte en el tabique o que deslicen por fuera del mismo…
Con tantas opciones la podemos convertir en la pieza que marque la diferencia en la decoración de nuestro hogar.
Resuelven problemas de espacio por eso son perfectas para lugares reducidos en los que una puerta batiente siempre nos resta el espacio que precisa para poder abrirse.
Y además, proporcionan seguridad: evitan los molestos portazos y riesgo de pillarse los dedos.
En los últimos tiempos, han ganado adeptos las denominadas «puertas de granero»; denominadas así porque imitan a las puertas de las típicas granjas y graneros americanos. Y a diferencia de lo que podríamos pensar, no sólo quedan bien en espacios rústicos, pueden integrarse en cualquier ambiente por moderno que éste sea.
Diseño Interior Bruto optó por ellas para una reciente reforma (pincha aquí para poder verlo), como solución para integrar y dar luz a una cocina desde el salón y para ganar espacio en los baños.
¿Qué os parecen las puertas correderas? ¿Os habéis planteado incluir alguna en vuestra casa?
Imágenes de Pinterest, texto de Olga.